Ilustración digital que representa el estado emocional de una persona que se siente atrapada y consumida por su propia vida y pensamientos. La persona aparece con los brazos hacia arriba, cubriéndose la cabeza, mientras se hunde en un océano oscuro y turbulento. Al mismo tiempo, su cuerpo se enciende en un fuego que lo quema y lo destruye. El contraste entre el agua y el fuego simboliza el conflicto interno y la desesperación de la persona, que no encuentra una salida a su situación. La ilustración transmite una sensación de angustia, soledad y dolor.