La llegada de la tecnología y la proliferación de las redes sociales reformaron la estética de la fotografía en general, pero específicamente la relacionada a paisajes y puestas de sol. La incansable búsqueda de "likes" y "shares" ha llevado a un estallido de "uniformidad" en la representación de éstos, con muchas fotografías que se rigen por tendencias y filtros populares, perdiendo originalidad y profundidad en su esencia. La búsqueda de la perfección y la presión por capturar un atardecer o un paisaje visualmente más impactante lleva, en incontables ocasiones, a un énfasis excesivo en la estética a expensas de la autenticidad y la expresión artística.