Los colores complementarios y análogos son dos de las principales armonías cromáticas que se utilizan en diseño gráfico y en la creación de paletas de colores. Ambas armonías se basan en la relación que existe entre los colores en el círculo cromático.
Los colores complementarios se ubican en posiciones opuestas en el círculo cromático, como el rojo y el verde, el amarillo y el violeta, o el azul y el naranja. Esta relación de contraste produce una sensación de intensidad y dinamismo.
Los colores complementarios se utilizan con frecuencia en diseño para crear contrastes que llamen la atención del espectador. En el ejemplo de las frutas, podríamos utilizar el color verde como complementario del color naranja de las naranjas.
Por otro lado, los colores análogos son aquellos que se encuentran en posiciones contiguas en el círculo cromático, como el verde, el amarillo y el naranja, o el azul, el violeta y el rojo. Estos colores tienen una relación de armonía natural, ya que se relacionan con los colores de la naturaleza. Los colores análogos se utilizan a menudo en diseño para crear paletas cromáticas suaves y equilibradas.
En el ejemplo de las frutas, podríamos utilizar una paleta de colores análogos compuesta por tonos de amarillo, naranja y rojo para representar las manzanas y las naranjas, y utilizar tonos de verde para representar los plátanos.
En definitiva, tanto los colores complementarios como los análogos son técnicas efectivas para crear paletas cromáticas armoniosas y atractivas en diseño gráfico. En el ejemplo de las frutas, podemos utilizar ambos tipos de armonía cromática para representar los diferentes colores y texturas de las frutas de manera efectiva y estética.
